Puede nuestra niñez afectar la forma en que actuamos de adultos


 


Nuestra niñez definitivamente puede afectar nuestra forma de actuar como adultos. La forma en que fuimos criados, las experiencias que vivimos durante nuestra infancia y la educación que recibimos en casa y en la escuela pueden influir en nuestra forma de relacionarnos con los demás, en nuestra autoestima, en nuestra capacidad para manejar el estrés y en nuestra capacidad para tomar decisiones.

 

Por ejemplo, si crecimos en un ambiente donde fuimos constantemente criticados o maltratados, es probable que llevemos esa baja autoestima y inseguridad a la vida adulta. Si fuimos testigos de conflictos constantes en nuestra familia, es posible que nos cueste trabajo manejar situaciones de estrés o conflictos en nuestra vida adulta. Por otro lado, si recibimos una crianza amorosa y afectuosa, es probable que tengamos una mayor capacidad para establecer relaciones sanas y ser más resilientes frente a los desafíos de la vida.

 

¿De qué forma nos puede afectar, ejemplos?

- Problemas para concentrarse en tareas diarias o en el trabajo debido a la preocupación constante por la situación estresante.

- Conflictos en las relaciones interpersonales, ya que el estrés puede causar irritabilidad, mal humor y dificultades para comunicarse de manera efectiva.

- Problemas de salud física, como dolores de cabeza, problemas estomacales, insomnio, fatiga crónica y aumento de la presión arterial.

- Aumento en el consumo de tabaco, alcohol u otras drogas como una forma de hacer frente al estrés.

- Deterioro en el bienestar emocional, con sentimientos de ansiedad, depresión, desesperanza y falta de motivación.

- Impacto en el rendimiento académico o laboral, ya que el estrés puede dificultar la capacidad de aprendizaje y la productividad en el trabajo.

 

En resumen, nuestra niñez puede tener un impacto significativo en nuestra forma de actuar como adultos, pero no determina completamente quiénes somos. Si hemos tenido experiencias negativas en nuestra infancia, es importante buscar ayuda profesional para sanar esas heridas y aprender a manejar sus efectos en nuestra vida adulta. La terapia puede ser una herramienta valiosa para identificar y superar patrones de comportamiento negativos que se originaron en nuestra niñez.

“Todo tiene solución” dice un viejo dicho, la realidad es que lo primero es aceptar que estamos viendo en nuestras vidas influencias de sucesos que ocurrieron en el pasado y estar dispuesto a dar solución a este mal-estar que como vimos puede manifestarse de diferentes formas.

Actualmente existen diferentes métodos, recursos o herramientas que nos pueden ayudar de diversas maneras; pero lo importante, como dijimos antes es QUERER CAMBIAR.

Espero que este post les resulte útil, los invito a que dejen sus comentarios o compartan este post con otras personas a las que les puede ser de ayuda.

Un cordial saludo y lo mejor para sus vidas.

Jorge Magallanes.

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